Rafael Guardiola: La eternidad se revela como un instante que se detiene: dura una eternidad, aunque a veces las cosas eternas sean más breves que las fugaces, como decían Les Luthiers.
Bergson tiene razón cuando afirma que el tiempo de los filósofos existe, contraviniendo a Einstein. O mejor dicho: no existe. Porque hay experiencias que nos aproximan a la eternidad, que nos hacen gozar como niños del mundo de las Ideas de Platón: hacer el amor en todas sus variantes, el juego de la argumentación en la lógica y las matemáticas, la contemplación estética de lo bello y lo sublime en el mundo natural o en el arte, morirnos de risa o gozar de una acción solidaria en el marco de las virtudes cívicas.
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